Así, los trabajos de excavación exigen una adecuada planificación y ejecución, por lo que, en primer lugar, habrá que tener en cuenta una serie de actuaciones previas, señalando las medidas de seguridad necesarias, a fin de evitar o reducir los riesgos.
Lo primero, es conveniente definir el proceso de excavación a realizar: tipo de terreno (es muy importante realizar un estudio geotécnico, para determinar las propiedades del mismo), maquinaria prevista, fases, a ver si hay o no colindantes, etc. Esta información debe obtenerse del proyecto de ejecución o, en su caso, consensuarlo con los proyectistas y/o directores de obra. En concreto, habría que definir:
– Entradas y salidas de personal y maquinaria a la excavación.
– Pendiente de rampas de acceso a la misma.
– Análisis de interferencias con otros tajos de obra o con edificaciones vecinas.
– Relación de riesgos previstos derivados de los puntos anteriores.
– Propuesta de protecciones colectivas, individuales y medidas preventivas coherentes con los riesgos previstos.
Entre los riesgos específicos que entraña esta fase de obra nos encontramos con: sepultamientos, atropellos o impactos por maquinaria, vibraciones por uso de compresores, clavado de armaduras (como estacas), desmoronamientos, generación de polvo, caída al vaciado, interferencias con medianeras, etc.
La Fundación MUSAAT, en su Guía: «Criterios para la redacción de estudios de seguridad y salud» cuenta con un apartado específico para excavaciones, con ejemplos prácticos y las medidas preventivas y protecciones, tanto colectivas como individuales, que se deben implantar en cada tipo de riesgo.
A continuación, exponemos una serie de recomendaciones prácticas para realizar excavaciones seguras y evitar fatales accidentes.
1. Examinar previamente el terreno.
Lo primero que debe hacerse antes de comenzar con la labor de excavación es un reconocimiento del terreno. Para ello, será necesario realizar un estudio geotécnico que proporcione información sobre el tipo de terreno con el que nos vamos a encontrar y, de esta manera, poder realizar los cálculos y medidas correctas para mitigar riesgos. Conocer las propiedades físicas y químicas de los terrenos en los que se van a ejecutar los trabajos es imprescindible tanto del punto de vista productivo como de la seguridad.
Asimismo, antes de proceder a la excavación, es preciso conocer la situación exacta de los servicios públicos que afecten al solar, anotando la profundidad exacta a la que se encuentran y protegerlos ante eventuales sobrecargas que se pudieran producir por la circulación de vehículos pesados. Por ejemplo, la rotura de conducciones de agua, directamente o por descalce del terreno, pueden dar lugar a socavones, corrimientos y desprendimientos. Las de gas, pueden producir explosiones y emanaciones tóxicas. Las instalaciones de electricidad enterradas tienen el peligro de contacto directo por perforación del aislamiento y a través de la herramienta que utilizamos para excavar, etc.
En el caso de que existan edificaciones colindantes, será necesario estudiar las operaciones de apeo necesarias para evitar los asentamientos y hundimientos de las cimentaciones colindantes y de los muros medianeros, al disminuirse la capacidad de carga del cimiento medianero como consecuencia de la excavación.
2. Medidas de control de riesgos durante los trabajos de excavación.
Es recomendable que la excavación esté abierta el menor tiempo posible, para evitar los peligros de desprendimientos, inundaciones y meteorización del terreno, así como las posibles alteraciones que puede sufrir debido a los agentes atmosféricos.
Bordes de la excavación. Se deberá instalar una protección perimetral y/o señalizar el borde superior de la excavación, así como instalar señales que indiquen el riesgo de caída en toda la excavación abierta en los sectores de tránsito peatonal. No acumular el material proveniente de las excavaciones sobre el borde de los taludes que no hayan sido previamente definidos como estables y con posibilidad de recibir alguna sobrecarga, así como mantener elementos de contención en los bordes de las excavaciones cuando exista riesgo de caída de materiales.
Interior de la excavación. Los trabajadores deberán mantener una distancia prudencial unos de otros, para evitar que se golpeen con las herramientas. Si al excavar se percibe un brusco cambio en las características del terreno o aparece cualquier otra circunstancia adversa, no se deberá continuar con la labor hasta que el personal especializado indique las medidas a adoptar. En caso de usar motores a combustión, se deberán tomar las medidas adecuadas de ventilación. No se deberá utilizar herramientas o extensiones eléctricas no validadas para tal fin si en el interior de la excavación hay agua.
Uso de la maquinaria. Planificar y señalizar las zonas de circulación de maquinaria y de descarga de materiales, instalar una entrada a la obra diferente para maquinaria y personal, usar siempre un señalista en operaciones de carga, descarga o maniobra en los que no se disponga de visibilidad completa por parte del maquinista, dejar una separación suficiente entre los trabajos de maquinaria y personal y no simultanear trabajos de maquinaria con trabajos manuales.
Protección de los trabajadores. Deberán usar chaleco reflectante de alta visibilidad, casco de protección y botas de seguridad. Para evitar la caída a zanjas, utilizar un arnés de seguridad, cuando sea necesario. En el caso de usar compresores, los trabajadores deberán utilizar guantes y polainas de cuero, protector auditivo y gafas de seguridad anti-impacto. En todos los casos, será necesario utilizar ropa de trabajo adecuada.
3. Revisiones y controles.
El supervisor a cargo de la excavación deberá efectuar una revisión diaria del borde superior de una excavación cuando ésta no cuente con entibaciones, con el fin de advertir la posible aparición de grietas que pueden indicar alguna posible falla del terreno. Se deben inspeccionar las excavaciones y entibaciones después de una tormenta, un sismo u otro suceso que ponga en peligro los trabajos, y deben aumentarse las protecciones y defensas si fuera necesario. Después de un tiempo prolongado de paralización de la obra, el personal especializado deberá revisar las excavaciones y entibaciones antes de reanudar los trabajos. Es conveniente, además, realizar periódicamente inspecciones y seguimientos a los parámetros de las excavaciones, humedad, desprendimientos y bordes, inspecciones que deberán ser debidamente documentadas y archivadas.